Carlos siente un gran afecto, mucho agradecimiento hacia el treintañero y quiere ser amable. Tampoco sabe de la inmensidad de lo está sintiendo por él. No imagina cuánto lo desea. Cree que lo único que necesita es afecto. Carlos es muy cariñoso con él. Van los dos juntos al auto. Las Ana van llegando y retoman el viaje.. Aunque la madre les había dicho que cerraran las ventanas para que no se fuera al aire acondicionado del auto, Ana la abre. Entonces a Emilio no le llega al aire y se marea. Carlos con cariño le dice:
--si te mareas abre la ventana.
Emilio intercala ratos mirando por la ventanilla y otros mirando el aapetecible paquete genital de Carlos. El guapísimo Adonis es muy dulce con Ana lo que enciende los celos de Emilio . Llegan a Amer sin problemas, dan una vuelta por el pueblo. Emilio goza mucho de la compañía de Carlos . Lo mira y suspira. A veces aún le parece un sueño que lo haya conocido, él es su vida. Su única razón para seguir respirando. Lo mira y se estremece. Lo ama y lo desea tanto. Es muy guapo, es increíblemente guapo. Jamás había visto a un hombre tan guapo. Es que ni siquiera en la tele.
Pero aparte de una extraordinaria belleza física está la alegre simpatía de Carlos que anima el corazón del virginal hombre. Trata muy dulcemente a Ana llamándola en todo momento cariño. Pasean los dos tomados de la mano. Emilio siempre al lado de él. Celoso pero feliz del único papel que puede desempeñar en esta historia, el de cuñado. Y está feliz de hacerlo con tal de disfrutar de la compañía del chico que tanto le gusta. La madre va detrás . La lejanía de su entorno tranquiliza a Emilio, se les ve más unidos de lo normal. No le molesta su familia. A Carlos de repente le ha dado un fuerte hipo que resuena entre las paredes de la plaza en la que están. La gente lo mira. Él se tapa la boca con vergüenza para amortiguar el ruido y pone cara de decir: es que no lo puedo evitar. Emilio lo mira con cariño. Ana divertida estira abajo de los pantalones de Carlos que bajan un poco. No mucho pero sí lo suficiente como para que Emilio se deleite de los azules calzoncillos de él. Emilio lo mira cachondo perdido. Está muy caliente. Es un gran deseo el que siente por él, el deseo de ser desvirgado por él. Le encantaría verlo sin pantalones. Le hubiera encantado que su hermana lo deja en calzoncillos. Si ya es erótico su bulto en jeans en calzoncillos será de morirse, piensa Emilio. Mientras trata de bajarle los pantalones a un Carlos que está distraído tratando de no eructar, Ana le dice:
--¡¡venga que te acabo de dejar en pelotas ante toda esta gente que te mira¡
Carlos empalidece, se mira la entrepierna. Ha sentido que su pantalones cedía y por unos segundos ha creído que sí, que está en bolas. Ana se ríe. Carlos le dice:
--¡¡eres tonta, no tiene gracia¡ --pero con cariño.
Hace como si la quisiera atacar, se persiguen. Carlos da una patada al aire. A Emilio le parecen muy excitante los movimientos de culo y de huevos de Carlos . Suspira muy excitado. Esta demasiado cachondo y recién ha empezada el día. No cree que pueda aguantar tanto placer teniendo que tragarse lo mucho que lo desea.
--ah que se te ha pasado el hipo? --pregunta Ana divertida mientras Carlos la persigue.
Carlos se para. Sonríe.
--es verdad --dice.
Ana lo mira como si estuviera molesta:
--te tendría que haber dejado en pelotas de verdad por mal agradecido.
Los novios, por iniciativa de él, se besan. Siempre pendiente Emilio que no se pierde detalle de los movimientos de Carlos . Se sabe de memoria su cuerpo pero goza mucho mirándolo en movimiento. No se quiere perder nada. Quiere gozar al máximo de ese momento que está viviendo. Disfrutar todo lo que puede del placer que le supone contemplar la extrema belleza de Carlos .
--venga chicos, que no estamos en casa... hay que ser formales... --los regaña Ana madre al ver que todos los están mirando.
Carlos y Ana se adelantan un poco. Emilio queda atrás viéndole el culo. Es algo que le fascina. Aunque su trasero luce mejor en jeans que es bello es bello. Carlos se gira y sonríe:
--venga, Emilio, no te quedes atrás --dice muy simpático.
Emilio suspira y se pone a su lado. Carlos está acariciando la mano de su amada pero Ana es siempre fría con él. En cambio la manera en la que Emilio mira a Carlos es tan cálida. Lo admira, lo venera. Lo desea. Carlos se desvive por él. Están los dos muy juntos. Van hablando de todo y de nada. Emilio le comenta todo lo que puede del pueblo. Todo lo que sabe, aunque la intensidad de los ojos de él lo deslumbra. Carlos lo mira con cariño. Con los nervios Emilio, mientras caminan, le roza con la mano ese culazo que tanto le gusta en dos ocasiones. Los dos se miran tímidos. Carlos no dice nada. Sabe que lo ha hecho sin querer pero también nota el deseo en los ojos de él. Por un lado le enorgullece la devocion de Emilio pero por otro lado se siente humillado por el hecho de que su novia no se quiera acostar con él y en cambio Emilio se volvería loco por hacerlo.
--este pueblo es muy tranquilo... que bonito --va diciendo Carlos -- no me importaría nada venirme a vivir aquí.
Ven una casa de color naranja en venta. El trío se para.
--esta linda... si tuviera dinero me encantaría comprarla --Carlos.
Carlos mira a Emilio :
--¿a ti?
Emilio hace que sí con la cabeza. Los dos se sonríen. Emilio mira la casa. Lo mira a él y sueña. Le encantaría vivir ahí con él, iniciar un futuro con él. Emilio se ha quedado paralizado. Carlos lo mira cariñoso y le dice:
--venga vamos...
Y siguen con el recorrido. LLegan a la iglesia.
--esta parte es horrible.
--no está mal --dice Carlos
--A parte del campanario el resto es un horror --protesta Emilio.
Carlos sonríe:
--bueno, tampoco te enfades conmigo.
--lo que digo es que la parte de atrás es preciosa y por dentro más, pero es han querido hacerla tan moderna que la han cagado
--si tú lo dices me lo creo.
Carlos tiene un hablar muy dulce, Emilio lo mira y tiembla. Es un sueño tenerlo cerca. Ana se da cuenta que uno de los escasos adornos que tiene la pared de esa parte de la iglesia es un ángel que tiene la cabeza rota. Ella se lo hace saber a su novio y Carlos a Emilio que está encantado de la comunicación tan directa que tiene con su guapísimo cuñado.
--bueno, cuando quieras hacemos fotos --dice la madre.
Aunque a Emilio es algo que no le guste por fin su sueño de tener fotos con Carlos se hará realidad. La madre es la que hace la foto a los tres. Carlos en medio abrazando a los dos por la cintura. Emilio no se atreve a tocar al chico. Siente escalofríos al ser tocado por ese chico tan guapo. Es un hombre feliz. Sin problemas y con una sonrisa de oreja a oreja, Carlos agarra por la cintura a los hermanos. Emilio vibra en brazos de su cuñado. No sólo por fin tiene la foto con él que tanto desea sino que además Carlos ¡lo está tocando¡ es la primera vez que un hombre lo toca. En realidad no le gusta que lo toquen pero Carlos es la excepción. Emilio lo mira cada vez más enamorado y mucho deseo. Dan unas vueltas más y regresan al auto. A 3 kilómetros del pueblo está lo que se conoce como "La Fuente Picante". Emilio le va comentando a Carlos que no sabe de que le viene el nombre. Está en medio de un pequeño bosque, es embotellada por una fábrica de agua mineral. Tienen que estar mucho rato esperando ya que hay un matrimonio que llena varias garrafas de 25 litros todo y que sólo se puede llevar 10 litros por persona.
--tengo sed --se queja Carlos.
Entonces lo dejan pasar para que llene un vaso. Carlos pone cara de niño travieso. Le da el vaso a Emilio que bebe un poco ante la mirada de él.
--tiene gas... --dice Emilio sorprendido.
Carlos bebe del mismo vaso.
--¡¡sí tiene gas¡
Él habla muy alto y todos se enteran. Entonces el matrimonio que está cargando de agua se ríe de él:
--¡¡vaya descubrimiento que ha hecho¡ --dice con burla.
A Carlos le sienta mal que se rían de él:
--es broma, ya sabía --dice.
Y luego mirando a Emilio dice
--no veo porque tenía que saberlo.
Luego mira a su novia:
--¿quieres probarla?
Se lo da a Ana que nunca bebería del mismo vaso que su novio y lo rechaza . Carlos ve un poco de asco en la mirada de su novia y le duele. Mira a Emilio . Está seguro que él se pondrá contento.
--¿quieres más? --pregunta muy dulce.
Agua no quiere pero Emilio está encantado de beber del mismo lugar que ha bebido Carlos . Le excita. Es como besarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario