domingo, 28 de junio de 2020

Capítulo 21



Ana  sale a acompañar a su novio. Está muy contenta. Él la mira cariñoso:
--¿y porqué tan contenta?
Ella sabe que no le puede decir que es porque no tendrá que acostarse con él por el momento. Así que improvisa:
--estoy contenta por mi hermano, porque le haya animado hablar contigo... que bueno que Emilio  te quiere como a un hermano ¿no?
Ana  tampoco quiere que se le note la ironía. Procura ser sutil.
--si claro... que bueno 
--a mí me gusta mucho que la quieras ayudar hasta el punto de pensar más en él que en ti.
--¿de qué hablas?
--pues que tu idea de hacer el amor en la montaña no podrá ser con mi hermano entre nosotros.
Y ella tiene que hacer un esfuerzo para que no se le note la felicidad.
-- nos tendremos que esperar al próximo verano.
Resignado Carlos  dice:
--no importa... es más importante que tu hermano esté bien.
Y Ana  pues encantada. A Carlos  le duele que Ana  haya aprovechado lo de la salida con su hermano para no cumplir con él pero no se atreve a enfrentarla con miedo a que ella acabe con la relación.
--bueno, tampoco hace falta esperar un año ¿no?
--no claro, si tienes antes dinero para irnos de vacaciones... ya sabes que no me gusta hacerlo de cualquier manera.
A Carlos  le duele que mientras que a Ana  parece que le dé asco estar con él, Emilio  disfruta de cualquier tontería que tenga que ver con él y le duele que Ana  no lo ame ni la cuarta parte de lo que lo ama su hermano. Ana  le da un rápido beso:
--bueno, nos llamamos..
Y entra en la casa feliz. Carlos  se va resignado y preguntándose cuando Ana  se enamorará de él, pensando en cómo es posible que dos hermanos sean tan diferentes que mientras a una le da igual él otro lo venera como si fuera un Dios.

Emilio  está sobre su cama muy excitado. Del hundimiento ha pasado al alzamiento. Se masturba pensando en Carlos. Y es otra noche la que la excitación no lo deja dormir. Se masturba varias veces en la noche pensando en Carlos.

A Emilio  le gusta mucho mirar y acariciar las fotos que tiene de Carlos . Tambien masturbarse mirándolas.
--lástima que no salieran las de Amer.
Aunque saber que pronto tendrá una nueva oportunidad hace que se le pase el coraje, ahora sólo piensa en que pasen los días. Ha visto tanto a Carlos  en los últimos días que ahora se le está haciendo muy larga una semana sin verlo. Desearía poder verlo todos los días. Mientras acaricia y besa una foto de él dice con triste:
--ojala me amaras a mi.
Carlos no es gay. Nunca será para él y ama a su hermana..
--¡¡y ella no se lo merece... nunca lo va a querer como yo¡¡ ¡¡maldita sea¡ --dice.
Aunque se consuela pensando:
--si no fuera su novio nunca lo hubiera conocido.
Y tiene claro que prefiere lo que está viviendo a su lado, que nada. Ahora está pendiente de Sort. Pasan tan lentos los días, quisiera estar ya en las montañas, lejos de todos y con ese chico que tanto le gusta.

Emilio no puede controlar la ansiedad que tiene. Sólo piensa en Carlos y se masturba pensando en él. Varias veces al día. A veces cada tres horas en un día.

Y llegó un nuevo sábado. Emilio  se muere por verlo y tiene miedo que no vaya esa semana. Carlos llega a las 7 de la tarde. Emilio lo echaba de menos, tiene muchas ganas de salir, de compartir con él pero no lo hace. Piensa que se está acercando demasiado  a él y tampoco quiere llevar escrito en la cara un: te amo. Más que nada por tratarse del novio de su hermana.  No lo quiere ofender. Asustarlo. Que se aleje de él. Aunque está deseando verlo para contemplar la belleza de su cuerpo se limita a escuchar detrás de la puerta mientras se masturba. Le encanta su simpatía, su voz es como una canción. Le encanta escucharlo, así desde su habitación, con la oreja pegada a la puerta puede escucharlo sin llamar la atención. Es muy cariñoso con  Kufy .
--ha vomitado --le dice Ana .
Carlos  lo acaricia:
--pobrecito --dice.
El perro se restriega en él. Carlos  se lo va apartando:
--no, para limpiarte usa un pañuelo.
A Emilio  le encanta que Carlos  sea tan cariñoso con su perro. 
Emilio, al rato,  sale a verlo feliz. Va de negro, le encanta su culo. Carlos sonríe.
--hola.
Emilio lo mira enamorado.
--hola.
Ana  madre se queja de que su hija le está dando colas de gambas a  Kufy . Carlos  mira al perro y dice:
--que asco.
Emilio  va a buscar el bozal para sacar al perro. Cuando se acerca de nuevo a Carlos  éste le dice:
--ya falta solo 4 días ¿estás listo?
 A Emilio  le parece que nunca va a llegar ese día. Está deseando pasar esos días con él.
--si, listísimo--dice feliz.
--yo voy a llevar una cámara automática. Así seguro salen las fotos.
--no salen bien. --Ana  madre.
--mejor que salgan mal a que no salgan.
--el vecino os dejará su cámara y Emilio se llevará la suya también.
Carlos  se ríe:
--entonces alguna saldrá. Espero que no rompa las 3 cámaras. Ya te dije yo que con lo feo que soy no soy bueno para hacerme fotos, seguro que asusté a la cámara y por eso no salieron las fotos.
Emilio  mira a Carlos  con cariño. Tiene el bozal en la mano. Riendo Carlos  le dice:
--pero deja eso que me da miedo, parece que me lo vas a poner a mí.
Carlos  le habla muy de su tienda de campaña, que le costó muy cara, que es muy grande, que está deseando estrenarla. Emilio  está feliz porque compartirá varios días con Carlos , porque dormirá con él, porque habrá muchos momentos de intimidad... le parece un sueño. Carlos  se sienta para cenar y Emilio  se va al paseo con el perro. Muy contento, con ganas de volver para estar cerca de él. Cuando entra él no está en el comedor. Se asusta. Va a su cuarto y se lo encuentra saliendo del pasillo, lo ve subiéndose la cremallera. Arde de deseo, siente muy rico, un gran calor interno que le quema pero que le guste al tenerlo frente a frente. Se saludan.Emilio entra en su cuarto muy excitado. Se masturba rápido. Carlos  le gusta, lo desea, lo ama... cada día más, cada día verlo lo revoluciona más, se le mete más adentro. No vuelve a salir, él cena y luego ven una película. Emilio  siente celos, escucha lo que dicen tras la puerta.


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