Emilio está fascinado. No puede creer su suerte. Su viaje a Sort está saliendo mejor de lo que pensaba. Le gusta mucho ver a Carlos sin camisa. Su pecho es tierno pero bello. Sin pelo pero con muchos lunares por todos lados. Emilio lo ama, lo desea. El guapísimo chico levanta en un momento dado los brazos y a Emilio le excita verle los pelitos de las axilas. Lleva unos jeans que le resaltan su buen culo. El deseo lo hace valiente.
--hay que inmortalizar esto… --dice Emilio.
Carlos no dice nada y deja que Emilio le haga fotos. El chico no puede creer que vaya a tener inmortalizado el cuerpo casi desnudo del guapísimo chico. Carlos solo, de pie... tan guapo, tan seductor... Emilio sólo piensa que sí le salen las fotos tendrá un recuerdo imborrable de ese viaje y de su amado.
Isabel se sienta en una piedra. Carlos se agacha para montar la tienda. Se le remarcan mucho los huevos y el culo. Emilio no puede estar más cachondo.
--tú, el fotógrafo. Ayúdame --dice Carlos.
Emilio se acerca:
--si claro...
Se quedan los dos en el mismo lado. Emilio tan cerca de él, tan enamorado. Carlos está agachado. Los pantalones abiertos y se le ve el final de la espalda y los calzoncillos. Emilio se muere de deseo. Lo tiene tan cerca. Ese cuerpo, ese culo Tiene que hacer un esfuerzo para no lanzarse encima suyo.
La tienda está montada. Hay justo espacio para los tres. Dejan los sacos preparados. El de Emilio al lado de Carlos .
Emilio está muy sofocado al pensar que va a dormir al lado de su amado.
Carlos enciende un cigarro. Se ha traído un cenicero especial. Mientras fuma Ana tira un papel al suelo:
--¡¡oye, no seas guarra ¡ --dice Carlos agarrando el papel.
Emilio mira que están arriba de una montaña:
--las lavabos quedan en la otra punta... como tengamos una emergencia --se queja Emilio.
--ya ves... lo hacemos aquí --dice Carlos señalando los árboles y haciendo gestos de hacer pis.
Unos gestos que a Emilio le pone muy cachondo. Y se pone como loco pensando en poder hacer pis a su lado y ver su herramienta oculta y tan deseada por Emilio.
--Emilio¿nos hacemos una foto con mi tienda? --dice Carlos con orgullo.
Y Emilio feliz.
--si, si claro.
--¿me tengo que poner la camiseta? es que así se está muy bien...
Y Emilio encantado. Nada le gustaría más que tener una foto con él y encima semidesnudo.
--no claro que no... por mi no te la pongas nunca --dice Emilio con ironía.
--en el pueblo no que no soy tan indecoroso --dice Carlos.
Emilio le acerca la cámara a Ana confiando en que esa foto le salga bien. Emilio está muy excitado por estar al lado del semidesnudo Carlos . Emilio tiembla de deseo al sentir el brazo de Carlos en sus hombros. En sentir su torso desnudo. Emilio sigue sin atreverse a tocarlo. Emilio sonríe lleno de felicidad mirando a su amado
--otra, por si acaso... --dice Carlos .
Y Emilio no se despegaría de ese guapo chico.
Luego ya van al pueblo. Van caminando porque tampoco están muy lejos. El mercado es lo primero que ven. No se ve nada especial, lo que decepciona a Emilio . esperaba que fuera un mercado diferente. No como el de cualquier ciudad. Ana enseguida se acerca a un hombre para preguntarle por la administración de lotería. El hombre se ríe.
--el hombre se creerá que somos tontos como todo el mundo que hemos venido sólo para eso --le dice Emilio a Carlos .
El hombre le señala a Ana el camino mientras le dice:
--donde veas mucha gente.
Por el camino ven a mucha gente montada a caballo que es algo que sorprende a todos que no están acostumbrados.
--nos podemos apuntar a un paseo a caballo --dice Carlos a Ana .
--ya veremos...
Emilio mira a Carlos enamorado. A Emilio le encantaría pasear a caballo con él. Llegan a la administración de lotería.
--para ser tan famosa es muy pequeña --se queja Emilio .
Hay más gente de la que se hubieran imaginado.
--¡vamos a tardar todo el día¡¡ --Emilio .
Ana se queda en la cola mientras que Emilio va detrás del culazo Carlos a a la tienda de al lado a hacer algunas compras. Carlos compra el periódico y tabaco,
--deberías dejarlo --dice Emilio .
--eso quiero hacer.
Entonces Emilio le saca el paquete:
--pues empiezas ahora.
Carlos lo mira con desesperación:
--tampoco se puede dejar de golpe, lo dejaré poco a poco... te lo prometo.
Carlos pone cara de bueno. Emilio le da el tabaco:
--tú mismo.
Emilio compra algunos recuerdos.
De regreso a la administración a todos sorprende que Ana está casi apunto que le toque.
--¿¿ya estás aquí? --dice Carlos .
--bueno menos mal, creí que íbamos a perder el día por la tontería de la lotería... porque si es como nosotros que venimos al camping vale pero lo que lo hacen a propósito… --Emilio
Algunos les miran mal. Carlos sonríe. Emilio ha quedado claro que Emilio no está sólo para comprar lotería como casi todo el mundo que va del todo el país. Mientras Ana compra los décimos, Carlos y Emilio se hacen fotos uno al otro junto a una gran figura de una bruja. La gente los mira como si estuvieran locos. Emilio a la salida se queja.
--la gente hace miles de kilómetros para comprar lotería y el loco soy yo por hacerme una foto en una figura ¡¡que país¡¡
Carlos lo mira sonriente. Van caminando para buscar más tiendas. Encuentran la casa y el monumento al general Moragas:
--lo mataron y llevaron la cabeza a Barcelona --explica Emilio .
--¿la cabeza? --dice Carlos con asco.
Se hacen más fotos. Emilio de nuevo es abrazado por Carlos y Ana hace la foto. Emilio está feliz. Espera que esas fotos no se pierdan. Las hacen con dos cámaras. Carlos no lleva la suya. Ana no tiene ningún interés en una foto con Carlos. Se hace una por obligación. A Carlos le duele el desinterés de su novia y en cambio lo importante que es para Emilio tener fotos con él. Emilio está muy enamorado y estar con Carlos le hace feliz. Recordará esos días que pasará con él mientras viva, está seguro.
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