Los chicos van hacia el río para bajar la comida. Son las 5 de la tarde. Hace buen tiempo. El río, La Noguera Pallaresa, es precioso. Con aguas muy cristalinas.
--¡¡esto sí es un río en condiciones¡ --dice Carlos .
Del otro lado del que están hay escaleras para bajar pero en donde están ellos una pendiente.
--agarrame, que me voy a caer --dice Ana .
Emilio se siente solo. Le gustaría que las atenciones de Carlos hacia su hermana fueran para él.
Hay gente que toma el sol, que se baña.
--¡¡mañana venimos nosotros¡ --dice Carlos.
Emilio no esperaba bañarse:
--no llevo bañador...
Carlos la mira divertido y dice en broma:
--pues todos en pelotas...
Carlos lo mira con cara de bueno. Emilio lo mira con deseo. Nada le gustaría más que verlo desnudo. Con lo cachondo que está, con lo que lo desea verlo desnudo sería un sueño hecho realidad. Y si hay que bañarse desnudo pues se baña.
--Prepara la cámara para hacernos fotos... --dice Emilio a Ana
--acaba ya la tuya y mañana las hacemos con la otra.
Emilio hace que sí con la cabeza. Han traído dos cámaras por seguridad. El río está en un nivel más abajo del que están ellos. Carlos se baja pero se queda sobre una roca. No se mete en el río.
Él les tira agua muy sonriente. Emilio lo mira enamorado y aprovecha para hacerle foto
--¡¡venga bajad vosotros... olvidaos de la cámara un rato --Carlos .
Emilio no lo duda. Ana se niega. Emilio lleva zapatos. No piensa meterse en el agua.
--cuidado que resbala--le dice Carlos ayudando al hombre a subirse a la roca en la que está él.
Emilio resbala y no cae porque se abraza bien a él. Nunca se ha atrevido a tocarlo. Está feliz. Ana les hace una foto. Es su foto más deseada. Emilio espera que ahora nada lo estropee. Tener esa foto con Carlos será el recuerdo más imborrable de esos momentos de felicidad a su lado.
Salen del río. Una barca se prepara para hacer rafting.
--¡¡yo quiero¡ --dice Ana.
--yo no... aunque si va tan despacio. --dice Carlos .
--hay distintos tramos de dificultad tú y yo podemos elegir el más sencillo --dice Emilio que haría lo que fuera por estar con él.
Salen del río. Miran una agencia los precios de las distintas actividades.
Salen del río. Miran una agencia los precios de las distintas actividades.
--con el camping vi que había una oferta --Emilio .
--ah pues luego lo miramos...
Dan una vuelta más, compran embutido para cenar en el camping.
En el camping se quedan cerca de la tienda hablando de todo y de nada, cenan.
--necesito una ducha --dice Ana.
--si y yo… --Carlos
Emilio no quiere perderse ese momento.
--yo también. Estoy sudado y aquí solo no me quedo.
Carlos no dice nada. Bajan los tres juntos con las toallas y una muda. Emilio no puede creer que vaya a ver a Carlos desnudo. Siente que le va a dar un infarto. Carlos está tenso. No le apetece desnudarse ante Emilio y piensa en ducharse en boxers. A Emilio le excita mucho desnudarse ante Carlos. Le excita verlo. Ver como se desabrocha los pantalones. Le da la espalda y a Emilio se le pone dura al ver como va descubriendo ese gran culo. Se queda en boxers. Emilio está extasiado. Carlos no quiere desnudarse ante Emilio pero no le apetece ducharse en calzoncillos. No se lo piensa y rapidísimo se baja el boxers dejando a Emilio impactado. Nunca vio un culo tan bonito. Es pura poesía. Es sólo un segundo porque enseguida se pone la toalla. Aunque no hay separación entre las duchas. Y Emilio no sabe qué hacer con su dura verga. Se da la vuelta y va a la ducha en toalla con una evidente erección. Carlos está de espaldas. El agua recurriendo esa espalda desnuda. El jabón deslizándose por ese perfecto culo. Metiéndose entre las nalgas. Emilio nunca vio nada tan hermoso. Nunca estuvo cachondo. Ese culo desnudo es lo más hermoso que vio en su vida. Se ducha a su lado con su dura verga apuntando a su culo. Se moja pero no se enjabona pues no quiere perderse detalle de lo que ve. Quiere memorizar esa bella estampa. Quisiera grabarla en su memoria. Está seguro que no se le va a olvidar nunca. Desea demasiado a ese hombre. A ese culo. Emilio lamenta no verlo por delante pero así lo puede mirar sin que se dé cuenta de su erección. Carlos se relaja. Se le olvida que está ante un gay que se lo come con los ojos. Se queda de enfrente rascándose mucho los huevos. Tiene los ojos cerrados porque tiene jabón en la cabeza. Emilio está embriagado de tanta belleza. Ese tierno torso depilado pero trabajado. Le encanta su verga. Es normal, como la suya en estado de reposo pero más gordita. Le impresiona esos huevazos. Ya sabía que los tenía gordos pero es que verlos al natural es algo impactante. Carlos es más bello que el mismo Adonis. Poesía hecha hombre. Una bella y perfecta escultura. La más bella obra de arte. Emilio nunca va a olvidar ese momento y durante toda su vida se va a masturbar con esa visión. Y Carlos venga a rascarse los huevos. Emilio siente que se va a venir. Va a reventar. Ya no puede más. Ese cuerpo desnudo lo deslumbra.
--me pica todo... sobre todo los huevos... Me he contagiado ladillas --dice riendo.
Emilio está demasiado cachondo.
--¿tú nunca has tenido ladillas? -Carlos.
Carlos le habla como a un amigo. Ha olvidado lo mucho que ese amigo lo desea.
--no. Yo es que soy virgen.
Carlos abre los ojos y Emilio se gira para que no vea su gran erección. Emilio lamenta que su cuerpo le esté haciendo esa jugada y no pueda disfrutar más de esa maravilla de la naturaleza.
--bueno si tú lo has decidido así.
Emilio no dice nada. No dice que ha sido por falta de oportunidades y no por falta de ganas. Se calla decirle lo mucho que quiere que sea él quien lo desvirge. Carlos habla de las ladillas, de cómo son, de cómo pican.
--lo mejor para que se te quiten es poner los huevos en gasolina...
--no sabía que eras un experto en el tema. Eres demasiado joven. Y llevas mucho con mi hermana.
Carlos le sonríe.
--pero los dos tenemos pasado. No éramos vírgenes.
Carlos le sonríe.
--pero los dos tenemos pasado. No éramos vírgenes.
Emilio lo mira girando sólo la cabeza y esa sonrisa lo derrite. Lo enamora. Hace que se le olvide que esté desnudo.
--pues he tenido un montón. Desde los quince años mi padre me llevaba de putas.
--¿lo hacías sin condon?
--Tenia 15 años Me gustaba más y a todas les decía que era virgen y no me decían nada pero cada dos por tres pillaba ladillas. Tú porque no lo has probado pero el sexo te vuelve loco.
Carlos se cubre con la toalla y se a vestir. Emilio no se ha enjabonado. Agarra la toalla. Se la pone solo en los genitales para ocultar su erección y sin decir nada se encierra en el water. No puede más. Con esa bella imagen de Adonis desnudo, Emilio se masturba. Además sabe que Carlos está desnudo a pocos pasos y eso lo excita más. Es la vez que más disfruta.
Emilio no puede dormir. La visión del cuerpo desnudo del chico lo tiene loco y además lo tiene a su lado. No puede evitar masturbarse. Se excita mucho masturbarse al lado de ese bello durmiente.
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