domingo, 28 de junio de 2020

Capítulo 24




Emilio  está muy excitado. tiene que dormir pero no puede. En pocas horas saldrá con Carlos , se irán y estarán unos días compartiéndolo todo. El virgen treintañero está feliz. No puede creerse su suerte. Quisiera que ya fuera el momento, quisiera dormir pero no puede y sabe que sólo es eso, dormir y despertar pero los nervios, la excitación pensando en el cuerpo de Carlos no le dejan dormir. Se masturba varias veces pensando en ese chico. Lo desahoga y lo relaja. Siempre le ha gustado masturbarse pero pensando en Carlos lo disfruta más. Va mirando el reloj, comprobando muchas veces que esté bien porque parece que las manecillas no se muevan. Piensa en el dolor que le causó la ausencia de esas fotos en Amer y sabe perfectamente que si no fuera por eso definitivamente nunca estaría apunto de pasar unos días a solas con él. Dormir juntos, todos juntos... Tenerlo todo el día, varios días para él solo.. Emilio  es un hombre feliz. Siente que por primera vez el destino se está poniendo de su lado.
--definitivamente todo pasa por algo.
Le da un poco de vergüenza saber que su amor por Carlos  es del dominio público porque después del disgusto de las fotos y como Carlos  se ofreció a salir de nuevo juntos ya no le cabe duda que para nadie es desconocido que a Emilio  le gusta su cuñado. No sabe bien porque todos le permiten que disfrute de él.
--Carlos no es gay. Por eso a nadie le importa. Es algo imposible --dice con tristeza.

Con mucho sueño Emilio,  apenas ha dormido un rato, muy ilusionado espera a Carlos. Mira por la ventana. Y siente que el corazón se le va a salir de la garganta. Llega el coche. Doña Ana se despide de sus hijos emocionada al ver a su hijo tan feliz. Sale a saludar a su yerno.
--cuida a mis hijos.
Carlos sonríe. Emilio se sienta a su lado. Ana se estira en la parte de atrás. Emilio suspira enamorado. Emilio  está excitado al tener tan pegado al guapo chico.
--hola Emilio 
Emilio  suspira enamorado.. Con su habitual dulce simpatía y sentido del humor, Carlos  le dice:
--la botella de la Fuente Picante que tomasteis para mí finalmente se la quedaron ustedes.
--fue culpa tuya --le dice Emilio sonriendo.
--es que no me acordé --dice tímidamente.
--De hecho nadie se peleó por beber esa botella y se acabó escapando el gas --Emilio
--Eso que la cerré bien aunque siendo mineral no debería escaparse el gas.
--eso dijo mi madre, la tuya la usó para las plantas, creo que las dos y no creo que lo dijera por decir, que mintiera.
--las madres nunca mienten --dice Carlos sonriendo.
A menudo están en silencio. Ninguno habla. Es siempre Emilio el que lo rompe, ya que ha leído cosas del pueblo y no sabe más que decir pues comenta lo que ha leído. Comenta con detalle el tipo de comida que tienen, algunas le parecen un poco cochinas.
--menos mal que nos lo cuentas ahora --dice Carlos .
--mañana es día de mercado... es de los antiguos... podremos comprar ganado.
--sí, justamente a mí me hacía falta un par de vacas para beber leche por la mañana --dice Carlos divertido.
Emilio  ríe. Ana  ignora a su novio. Se  hace la dormida.  Carlos es feliz  por la alegría de Emilio  y es que le gusta mucho saber que esa alegría es por él. 

Por el camino ven mucho campo. Ven pasar un camión lleno de cerditos muy monos sacando el hocico por unos agujeros. A Emilio  le da pena pensar en el destino de esos cerditos. Pasan por mucho campo y hace mucha peste.
--¡¡que asco¡ --se queja Ana.
Carlos el único que no se puede tapar la nariz. 
--¡¡menos mal, ya me estaba ahogando¡ --dice Carlos  cuando acaba el mal olor.
Al rato vuelve a oler mal aunque es un olor no tan a campo.
--¿¿quien se ha tirado un pedo? --se queja Ana .
Carlos  en seguida dice:
--yo no he sido que siempre me miran a mí...
Emilio  mira a Carlos  sonriendo. No sabía que fuera tan cochino.
A mitad de camino paran en una gasolinera para estar las piernas. Poniéndose las manos en los genitales Carlos  dice divertido:
--sí que me estoy meando...
Emilio  le mira esa parte con deseo. Emilio  lo ve ir al lavabo. Lo ama y lo desea. Su gran culo le pone muy cachondo. Va tras él. Se encierra en el water de al lado. Le excita masturbarse escuchando mear a su guapísimo cuñado. Cuando sale se encuentra a Carlos  que salía de la tienda muy enfadado.
--¡¡yo quería comprar el periódico y el hombre me ha mirado con mala cara, como si fuera tonto y me ha mandado al restaurante. ¡¡pues menuda mierda de tienducha¡¡¡
Siguen el camino. Encuentran un tractor colocado en un piedra a modo de monumento. Carlos  es el primero que lo ve y le llama la atención:
--¡¡EY MIRAD¡ --dice divertido.
Más tarde hace lo mismo con una piedra en la que hay escrito "Dios te amo". 
--¿habéis visto eso?
Con cierto desprecio Emilio dice:
--¡¡ay cada idiota por el mundo.¡¡ ¡¡si almenos hubiera escrita Juanita te amo... o Pepito pero ya son ganas de molestarse a escribir tonterías ¡¡
Carlos  le sonríe y dice:
--bueno tampoco te enfades --le dice divertido.
Emilio  lo mira y suspira enamorado. Ven pasar un camión cargado de cosas redondas.
--¿¿que son cerezas? --pregunta Carlos.
--No, son manzanas --dice Emilio .
--Falta mucho para llegar?--pregunta luego.
Emilio  le muestra el plano:
--vamos por aquí...
--buf --resopla Carlos  porque están muy lejos aún-- ¡¡es que  está casi en Andorra¡¡
--pues imagina que la gente viene solo a comprar lotería --Emilio .
--sí unos tíos míos van siempre de Madrid, la bruja de oro ¿no? --Carlos .
--si y yo no veo que toque más ahí como dicen.
--Lo que pasa es que la gente tiene esa manía y todo lo que sobra de España se lo mandan a ellos y como son los que más venden pues también quien más le toca.
--pero tampoco hay para tanto.
Carlos  le sonríe:
--¿entonces no vas a comprar lotería?
--bueno sí ya que estamos aquí... Es que si la gente viene apróposito para la lotería ir y no comprar .. Imagina que precisamente ahora toca…Emilio
Las vistas que ofrece es preciosa. Hay puentes preciosos.
--Parece Segovia --dice Carlos.
Algunos túneles están atravesando la montaña:
--¿como se aguanta eso? --Carlos .
--por gracia divina --dice Emilio  con ironía.
Pero nadie da una respuesta mejor.
--esto parece el cañón del colorado... --dice Carlos en otra vista.
También pasan por varios pantanos. Pasan justo al lado de uno muy grande.
--¡¡que guapo, parece la playa¡¡ --dice Carlos
Emilio  mira el agua azul. Se imagina a él y a Carlos  bañándose desnudos  y besándose. Carlos  lo ve pensativo.
--¿en que piensas? --pregunta.
Se ruboriza. No contesta.
--¡¡Mira ya llegamos a los Pirineos¡ --dice Emilio  para cambiar de tema.
--sí los tenemos que pasar ¿no? --Carlos .
--No, Sort está en los Pirineos...
Ven un cartel en el que pone que faltan 8 kilómetros.
--ahora podemos hacer la cuenta atrás --Carlos .
Pronto ven la discoteca que está en la entrada del pueblo.
--discoteca y todo... que modernos... --Carlos .
Llegan al camping. Está al lado del río.
--¡¡que calor¡ --se quejan tanto Carlos como Ana .
Emilio  está feliz. Están en un pueblo que se ve bonito, un lugar muy romántico para estar al lado de su amado. Lo mira con deseo aunque también con frustración. Le gustaría estar de luna de miel con Carlos . Sabe que nada de eso pasará.

Entran en recepción. Carlos ha hecho la reserva. Muestra su carnet. Emilio  mira la foto. Está muy guapo. Le explican muchas cosas, le dan unos papeles.
--¿me han devuelto el carné? --pregunta él cuando sale.
--si, seguro --dice Emilio que está atento a todos sus movimientos.
Igual lo comprueba.
--me llevas tú esto? --dice dándole unos papeles a Emilio.
Regresan al auto para llegar a su plaza que está al final de todo. La vista es bonita, No hay verja de separación y bajando una pequeña montaña llegan al río.
--muy seguros no estamos --se queja Ana .
Carlos  abraza tanto a Ana  como a Emilio :
--yo os protegeré.
Ana  tiene mala cara, Emilio  suspira enamorado.Carlos  lo primero que hace es sacarse la camiseta. Y Emilio  se desmaya, siempre deseó verlo así pero jamás pensó que su deseo se haría realidad. Es un sueño. Tiene que hacer un gran esfuerzo para no mostrar lo cachondo que se ha puesto. Y eso que ya llevaba rato cachondo.
--¡venga que tenemos que trabajar¡ --dice Carlos


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